Las adopciones de España en China, de 2.700 al año a cero: “Las familias pasaron de disfrutar del proceso a sufrirlo”
Dos mujeres, una que adoptó en 2005 y otra con un expediente activo, cuentan su historia y demuestran el gran cambio vivido en el país, de liderar las estadísticas a prohibir estos procesos
El avión estaba repleto de familias españolas que regresaban a casa tras haber adoptado a una niña en China, porque por entonces prácticamente todas eran niñas. De hecho, en el vuelo solo había un niño, recuerda Nina Queral. “Y como mucho, habría 10 personas de China en el vuelo, el resto éramos familias españolas”, añade. Ella y su marido, Jordi Ortiz, viajaban con su hija Mónica Li, una bebé de 18 meses que hoy tiene 20 años. Fue en 2005, en pleno boom de las adopciones con el país asiático, cuando 2.753 menores llegaron a España. Una cifra que comenzó a caer a partir del año siguiente hasta llegar a cero en 2021 y en 2022. Así que la decisión de Pekín de suspender su programa de adopción internacional no ha pillado por sorpresa a las asociaciones de adoptantes, que ya lo veían venir y que aseguran que no hay un gran volumen de familias afectadas por la decisión porque muchas habían desistido por el camino, ante plazos de espera que incluso han llegado a superar los 10 años. El Gobierno no aclara cuántas son y China no ha aportado información clara sobre qué ocurrirá con ellas. Es el caso de Laura Cañete, que tenía un expediente abierto, y no es optimista: “Estamos encajando el golpe”, reconoce.
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