Los berberechos de corazón crean una ‘fibra óptica’ a través de su concha que ilumina su interior
Estos moluscos permiten así la fotosíntesis de unas microalgas de las que dependen sin tener que abrirse
En la naturaleza está la depredación, en la que uno se come al otro. También el parasitismo, en la que aquel se aprovecha de este. Hay casos de simbiosis en los que los dos ganan, como la relación entre abejas y flores. Y después está lo que hacen los berberechos de corazón (Corculum cardissa) con sus socias, las Symbiodinium corculorum. A fuerza de años de evolución, el molusco ha logrado hacer pasar la luz a través de su concha, lo que permite a esta microalga realizar la fotosíntesis. Así esta vive bajo el caparazón alimentando al berberecho, que no tiene que abrirse, evitando así exponer a los dos a los depredadores. La sofisticación es tal que un nuevo estudio ha descubierto que en la cáscara hay una especie de ventanas al exterior donde haces de fibra óptica natural deja pasar la luz que activa el proceso fotosintético, pero frena la radiación ultravioleta, que podría dañar tanto a uno como a la otra. Los autores del descubrimiento dicen que no hay nada igual en el mundo natural.
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