Los nietos de los represaliados buscan inculcar la memoria democrática a la generación Z
Los descendientes más directos de las víctimas del franquismo han impulsado la localización de fosas y las exhumaciones. Ahora exploran cómo trasladar a los más jóvenes esa inquietud por el pasado
“Eso fue cuando la guerra”. Es la misma respuesta que muchos nietos y bisnietos de represaliados por el franquismo escuchaban cuando, durante las sobremesas, se les ocurría preguntar por ese abuelo ausente o ese hermano de la abuela cuya foto está presente en el salón, pero del que nadie cuenta nada. La curiosidad de esa segunda o tercera generación por escarbar en el pasado familiar, por taladrar en el muro de miedo y silencio que envolvía esa lacónica referencia a la Guerra Civil, es la que ha permitido que en muchos pueblos pequeños de Andalucía pudiera aflorar la historia sepultada de la represión. Así se empezaron a localizar fosas y a identificar y a exhumar a muchas víctimas y se empezó a conmemorar la memoria, con el pasado 31 de octubre como día del recuerdo a los represaliados de la dictadura. Ahora la incertidumbre está en que ese afán por buscar la verdad y la reparación penetre en la cuarta y quinta generación.
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