Meloni abre el melón
El mantra ahora es que situaciones excepcionales exigen medidas especiales, así que revisemos el derecho de asilo para afrontar lo que supuestamente se nos viene encima
El término melonización está llamado a convertirse en una de las palabras del año. Su definición la conocemos bien: dícese del proceso a partir del cual se consiguen normalizar las posiciones de la extrema derecha en los países democráticos, utilizado en particular para referirse a las políticas de inmigración en la UE. Así puede rezar una posible definición formal del palabro en los próximos años. Quienes estaban dispuestos a aplicarlo se han encontrado, sin embargo, con el Estado de derecho. Un tribunal italiano ha revocado la pintoresca pretensión del referente del término, Giorgia Meloni, por reubicar a demandantes de asilo en instalaciones creadas ad hoc en Albania. Estado de derecho 1, extrema derecha 0. Por ahora. Porque en la reunión del pasado jueves del Consejo Europeo, Donald Tusk, el primer ministro polaco, el único que hasta ahora ha conseguido batir en las urnas a un partido gobernante y hegemónico de la ultraderecha, dejó claro que hay que aplicar el estado de excepción, es decir, aquel que permite suspender derechos. En otras palabras, maniatar a los jueces en su defensa. El mantra ahora, compartido por un significativo número de países, es que situaciones excepcionales exigen medidas especiales, así que revisemos los tratados de la UE en todo lo relativo a la aplicación del derecho de asilo para hacer frente a lo que supuestamente se nos viene encima.
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