Montero, la mano izquierda de Sánchez
María Jesús Montero se ha convertido en una persona clave para Pedro Sánchez, entre otras cosas, por su habilidad negociadora. Sobre la mesa tiene tres misiones enrevesadísimas: pactar los Presupuestos, llevar adelante el acuerdo de financiación de Cataluña y pergeñar una reforma fiscal
Durante más de dos décadas, desde septiembre de 2002, María Jesús Montero ha ido subiendo, uno a uno, sin un solo resbalón considerable, todos los escalones del poder político en España hasta llegar al penúltimo. Aquel septiembre de 22 años atrás fue nombrada viceconsejera de Salud del Gobierno de la Junta de Andalucía de Manuel Chaves, avalada estrictamente por su aura de gestora eficaz del ámbito hospitalario sevillano, sin ni siquiera estar afiliada al PSOE. En diciembre de 2023, Pedro Sánchez la ascendía a vicepresidenta primera del Gobierno, cargo al que añadía el de ministra de Hacienda y el de vicesecretaria general del PSOE. Es decir: número dos del Gobierno, número dos del partido y número uno de las cuentas públicas. Actualmente, por sus manos pasan tres asuntos clave no solo de la legislatura, sino de la arquitectura institucional y económica del Estado: los presupuestos de 2025, el acuerdo de financiación de Cataluña firmado con ERC —que arrastrará probablemente la reforma integral de la financiación autonómica—, y la siempre postergada y necesaria reforma fiscal de España, un país cuya presión impositiva es sensiblemente inferior a la media europea. María Jesús Montero (Sevilla, 1966) se ha convertido, con permiso de Sánchez, en la mujer con la llave de la caja, de todas las cajas.
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