Oriente Próximo, un año de horror con más guerras en el horizonte
El aniversario del ataque de Hamás del 7 de octubre llega con la región en su momento más peligroso en décadas, pendiente de una represalia israelí al ataque de Irán de consecuencias imprevisibles y los bombardeos en Líbano, que han dejado Gaza en un segundo plano
Este lunes hará un año, Shaylee Atari huía de los disparos, en pijama y con su bebé en brazos, por Kfar Aza, su kibutz al lado de Gaza, mientras imaginaba que aquello no le estaba pasando de verdad. Que aquel 7 de octubre de 2023 ella, cineasta de profesión, no protagonizaba una realidad que superaba a la ficción, sino que era otra persona y ella había gritado “¡acción!” desde que el ataque sorpresa de Hamás la despertó y preguntó a su marido, Yahav Winner: “Amor, ¿vamos a morir hoy?” “Te prometo que no”, respondió él. Entonces escucharon los primeros disparos. Ella cogió al bebé, él trató de bloquear la puerta y vieron colarse la luz del amanecer: los milicianos estaban forzando la ventana. “No había tiempo, pero se giró hacia mí y me miró de una forma que decía ‘adiós”. Él se quedó forcejeando con ellos y ella corrió por el kibutz, sin asimilar ―hasta que oyó un impacto en un árbol cercano― que “el zumbido que escuchaba eran balas”. Tras llamar a la puerta de casas donde pensaron que era una terrorista y esconderse en un almacén, acabó escondida con unos vecinos. Atari, de entonces 34 años, y su bebé, de un mes, solo pudieron respirar 27 horas después. “La gente me suele preguntar si fue difícil pasar 27 horas sin comer, ni beber, con miedo. Para mí, el infierno fue pasar 27 horas tarareando nanas a mi bebé para que no llorase, para que no nos descubriesen, mientras iba dándome cuenta de lo que me decían las entrañas: que mi marido estaría muerto y mi vida acababa de cambiar por completo”.
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