Paiporta y Chiva libran su batalla contra el barro y la desesperación. “Hemos vivido como si fuésemos un pueblo fantasma”
Una riada de voluntarios se vuelca con dos de las poblaciones más castigadas por la dana
Una riada de voluntarios, cargados de palas, escobas, agua y comida y toneladas de solidaridad, caminaban este viernes, festivo de Todos los Santos, en lenta procesión desde Valencia hacia Paiporta (27.000 habitantes), el municipio valenciano donde la dana ha dejado ya 62 fallecidos, para retirar barro y echar una mano. El torrente de gente era abrumador y, en paralelo, el atasco de coches, también. Conforme entraban a pie se daban de bruces con un escenario desolador, una zona cero barrida por la catástrofe. Una población que, ayudada por voluntarios, sigue días después de la pesadilla en su batalla contra la desesperación y el barro que dejó a su paso el barranco del Poyo cuando se desbordó el pasado martes por la tarde.
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