Póntelo fácil en noviembre: 10 platos de cuchara rápidos y reconfortantes para la llegada del frío
Una sección mensual para solucionar las comidas y cenas del día a día, con consejos para sacar el máximo partido a cada preparación, ingredientes que facilitan la vida y platos de temporada
Hemos llegado a ese punto del año en el que la necesidad de cuchareo variado se hace fuerte: la idea de un plato humeante con un caldo sabroso como base y diferentes texturas en cada bocado es exactamente lo que nos pide el cuerpo. Se pueden preparar lentamente, a la manera tradicional, y también hay buenas opciones ya listas para comer; pero entre una cosa y la otra hay muchas opciones para cocinarlos en casa cuando tenemos menos tiempo. En la sección “póntelo fácil” queremos ayudarte a optimizar recursos, tener a mano fórmulas, ingredientes o técnicas para comer bien con ingredientes de temporada sin dejarte ni el sueldo ni media vida en ello.
Más fácil todavía
- Las legumbres ya cocidas, tanto de bote como refrigeradas, son una opción perfecta, pero cocerlas desde crudo tampoco tiene mucho misterio: aquí te dejamos unos cuantos trucos para que las lentejas te salgan perfectas, lo mismo con los garbanzos y aquí un manual genérico que también sirve para judías y más. Si preparas un kilo de una variedad diferente cada semana o cada dos y las congelas en bolsas podrás preparar platos de cuchara rápidos como los que sugerimos hoy, ensaladas, cremas, curry, untables y mucho más.
Puedes cocinar ingredientes que necesiten puntos de cocción diferentes en una sola cazuela si respetas sus tiempos. Si crees que es imposible porque quieres dorarlos un poco antes de cocinarlos, empieza con los que vayas a añadir después, cuando tengan color sácalos a un bol y devuelve a la cazuela en el momento adecuado para que queden en su punto.
Prepara el doble de crema de coliflor y congélala para comer otro día; al no llevar patata queda perfecta. También puedes hacer más sofrito de setas, calabaza y salchichas, y convertirlo en una comida diferente como base para un arroz o quinua caldosos o simplemente dándole un hervor de cinco minutos con alguna legumbre cocida. El dahl de lentejas rojas también es perfecto para congelar antes de añadirle el huevo; puedes servirlo con yogur o leche de coco, unos dados de tofu duro o seitán salteado o mezclarlo con los restos de algún guiso de carne o pollo desmigado.
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