¿Por qué no ha habido una buena temporada de setas en veinte años?
Antonio hace años que observa meticulosamente los mapas que hay encima del crucigrama y del sudoku. Anota mentalmente los días de lluvia, las cantidades de agua, las temperaturas y las jornadas de viento de cada pueblo a cien kilómetros a la redonda
Siscu es de esa clase de buscadores de setas que creen que volver del bosque con menos de veinte kilos es volver con las manos vacías. Pasa de largo de las angulas de monte, los camagrocs o las senderuelas. Llenar el cesto con ellas da dolor de espalda y agacharse sólo por un puñado es cosa de niños, mujeres o domingueros. Si no es para cargar el maletero hasta los topes, no sale de casa.
¿Cuál es tu reacción?