¿Por qué nos fascina más un cuadro original que una copia? La respuesta la tiene ‘La joven de la perla’
Una investigación encargada por la galería Mauritshuis muestra que el retrato atrapa al cerebro en un bucle visual y que la respuesta emocional es 10 veces más intensa en el espectador cuando se encuentra cara a cara con una obra en un museo
La contemplación de una obra de arte original activa el cerebro de forma distinta que ante a una reproducción. El resultado es una repuesta emocional 10 veces mayor por parte del espectador cuando se encuentra cara a cara con un cuadro en un museo. En el caso de La joven de la perla, el famoso óleo pintado entre el sigo XVII por el maestro neerlandés Johannes Vermeer, la atención prestada se apoya en un fenómeno neurológico especial. La muchacha atrapa al visitante en un bucle de atención visual que va de los ojos a la boca y al pendiente, y vuelta a empezar. Así lo indica una investigación neurológica presentada este miércoles en la galería Mauritshuis, de La Haya, donde cuelga la tela con la muchacha anónima más famosa del arte.
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