Precios disparados, menús clónicos y comidas cronometradas: la cara b del bum gastronómico madrileño
Madrid es una de las mecas mundiales de la restauración, pero el fenómeno también tiene sus inconvenientes, como el cierre de tabernas históricas o dinámicas que provocan que el comensal, al final, solo se sienta parte de un ‘excel’
Sopla un viento fuerte, otoñal, que agita las hojas de los árboles y hace que la clientela se recoloque en las sillas de metal situadas en un cuadrado pintado a tiza sobre el suelo en Santa Ana, una de las plazas más concurridas de la capital. Las terrazas madrileñas, emblema de la ciudad, son espacios ubicuos que se mueven entre el sueño y la pesadilla donde todo es posible: desde una cuenta de cinco euros por un café mediocre hasta que una croqueta casera de jamón parezca la misma cosa sin sustancia en un centenar de sitios diferentes. Es parte del lado oscuro de Madrid, nueva meca de la cocina mundial.
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