Puigdemontia, ni república ni gobierno
Tergiversar las instituciones existentes para crear otras nuevas que duran cuatro días es una irresponsabilidad más entre las muchas del independentismo frívolo que hemos conocido
Todo era puro humo. Impostura. Comedia. Fue huida, no exilio. No hubo gobierno exilado en Bruselas ni Generalitat paralela como algunos imaginaron, sino artefactos sucedáneos amparados en expresiones rimbombantes. Solo faltaban los últimos metros para culminar la marcha inexorable al Estado en forma de República, una vez se daba por bueno que los catalanes ya habían sido consultados y habían decidido. Eso decían el influencer en jefe y sus partidarios.
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