Rafa Nadal: la intrahistoria de un adiós muy lejos de lo ideal
La fiebre emotiva envolvió una despedida que condicionó la elección de Ferrer, empañada luego por la derrota de Nadal y la posterior eliminación de una cita en la que desde el exterior se apuntaba al viernes y se subestimó un factor: el rival
Superada la medianoche, Marcel Granollers, Carlos Alcaraz y el capitán David Ferrer desfilan por el pasillo con paso fúnebre y el gesto apesadumbrado, una vez que ya se ha confirmado la eliminación española en la serie frente a Países Bajos y, por ende, el adiós definitivo de Rafael Nadal a su deporte. Durante la alocución previa, los silencios del preparador han tenido más fuerza expresiva que sus palabras y la mirada perdida del murciano y el catalán en algunos instantes resumen el tono de un desenlace prematuro, triste y descafeinado. A las primeras de cambio y sin anestesia, España ha desaparecido del mapa de la fase final y, muy lejos de lo ideal, la despedida del mallorquín ha quedado deslucida por la derrota del protagonista y una concatenación de circunstancias que han empañado el cierre profesional de uno de los tenistas más extraordinarios.
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