Rosquillas de San Froilán (receta tradicional)

Las rosquillas de San Froilán son una joya culinaria de la región de León, disfrutadas especialmente durante las fiestas en honor a San Froilán, el patrón de León y Lugo. Esta celebración se lleva a cabo del 4 al 12 de octubre, coincidiendo con el día de San Froilán, que es el 5 de octubre. […] La entrada Rosquillas de San Froilán (receta tradicional) es un contenido original de PequeRecetas

Sep 26, 2024 - 05:00

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Rosquillas de San Froilán (receta tradicional)

Las rosquillas de San Froilán son una joya culinaria de la región de León, disfrutadas especialmente durante las fiestas en honor a San Froilán, el patrón de León y Lugo. Esta celebración se lleva a cabo del 4 al 12 de octubre, coincidiendo con el día de San Froilán, que es el 5 de octubre. La fiesta reúne a locales y visitantes en una celebración llena de tradiciones, gastronomía y alegría. Las rosquillas, con su textura crujiente por fuera y suave por dentro, son un dulce emblemático de estas fiestas.

San Froilán fue un eremita y obispo nacido en Lugo en el siglo IX, conocido por su vida ascética y sus labores de evangelización en la región. Es venerado tanto en León como en Lugo, y su figura está envuelta en leyendas. Una de las más conocidas cuenta que domesticó un lobo que había devorado a su burro, y desde entonces el lobo lo acompañó fielmente.

Durante las festividades, las rosquillas de San Froilán se disfrutan en ferias y mercados que llenan las calles de León. Es común ver a la gente disfrutándolas acompañadas de un buen vaso de vino o licor, mientras pasean por las calles decoradas y repletas de puestos de comida. Su sabor suave, ligeramente aromatizado con agua de azahar, es una delicia que evoca recuerdos y emociones de esta época festiva.

Receta de Rosquillas de San Froilán

Ingredientes

140 g de harina
75 g de mantequilla
270 ml de leche entera
1 cucharadita de sal
1 chorro de agua de azahar
3 huevos
Aceite de girasol para freír

Para el glaseado

35 ml de agua
120 g de azúcar glas

Cómo hacer rosquillas de San Froilán

Preparar la masa:

En un recipiente a fuego medio, coloca la mantequilla, la sal, la leche y el agua de azahar. Remueve y espera a que hierva.
En ese momento, añade la harina de golpe y remueve enérgicamente hasta que se forme una pasta que se despegue de las paredes del recipiente. Apaga el fuego y deja enfriar la mezcla durante 15 minutos.

Integrar los huevos:

Añade un huevo a la mezcla y remueve bien hasta que se integre completamente.
Repite este proceso con los otros dos huevos, uno a uno, asegurándote de que cada huevo se mezcle bien antes de añadir el siguiente.

Formar las rosquillas:

Coloca la masa en una manga pastelera con una boquilla rizada.
Forma aros de masa sobre la base de un papel de magdalena.
Repite este proceso hasta que hayas utilizado toda la masa.

Freír:

En una sartén con abundante aceite de girasol caliente, coloca las rosquillas con el papel hacia arriba.
Cuando se doren y el papel comience a despegarse, retíralo (si no se despega solo, ayúdate con unas pinzas).
Una vez dorada una cara, da la vuelta a las rosquillas para dorarlas por el otro lado.
Déjalas reposar sobre papel de cocina absorbente para eliminar el exceso de aceite.

Glasear:

Para la cobertura, mezcla el agua con el azúcar glas y bate bien hasta que se forme una crema espesa.
Pinta cada una de las rosquillas con esta crema utilizando un pincel de cocina.

Consejos para hacer las Rosquillas de San Froilán

Textura: Asegúrate de que la masa esté bien enfriada antes de añadir los huevos para evitar que se cocinen antes de tiempo.
Freír bien: Mantén el aceite a una temperatura constante para que las rosquillas se doren uniformemente sin quemarse.
Aromas adicionales: Puedes añadir un toque de canela o esencia de vainilla al glaseado para darles un sabor extra.

¡Y ahí lo tienes! Unas exquisitas rosquillas de San Froilán listas para disfrutar. Esta receta no solo te permitirá saborear un delicioso postre, sino también conectarte con una rica tradición cultural. Perfectas para acompañar un café o como postre en una merienda, estas rosquillas son un verdadero placer. ¡A disfrutar!

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