Sed, torturas, violaciones y muerte: salir de un infierno para entrar en otro cruzando la Puerta de las Lágrimas
El año pasado, 123.000 personas llegaron a Yibuti con la esperanza de cruzar a Yemen, arriesgando sus vidas en el desierto y en un peligroso estrecho, y llegar después a Arabia Saudí. Los que sobreviven son a menudo maltratados y a menudo expulsados de vuelta a sus países de origen
Al otro lado del mar, pero a menos de 30 kilómetros, se dibujan ya las montañas de Yemen. El estrecho se llama Bab el Mandeb, la Puerta de las Lágrimas, en árabe, y en sus aguas se han hundido embarcaciones, endebles y muy deterioradas, que transportaban migrantes africanos que escapaban de las guerras o la pobreza y soñaban con llegar a Arabia Saudí. En este punto, en el extremo nororiental de Yibuti, en la frontera con Eritrea, el mar Rojo se estrecha al máximo, pero las corrientes son traidoras y muy fuertes.
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