Si me quieres, no toques ese muro: ¿puede una reforma acabar con tu relación de pareja?
Gustos enfrentados, altas expectativas y cuestiones económicas hacen que hacer obras en casa sea en muchas ocasiones conflictivo
Podría decirse que para saber que una pareja va a durar, se han de superar tres cosas: una tarde en Ikea, unas vacaciones y una reforma. Mientras que en los realities de reformas el centro de la trama son los giros sorpresa clásicos de las obras y sus consiguientes vaivenes económicos, en el cine títulos como Esta casa es una ruina ahondan en las penurias que una reforma complicada conlleva desde un prisma más disparatado que sin embargo, no le es extraño a quienes se enfrentan a una operación similar. Las reformas no son fáciles, y muchas encuestas indican que un llamativo porcentaje de los encuestados ha asegurado haberse planteado durante el proceso incluso el divorcio. La encuesta The 2018 Houzz Remodeling & Relationships Survey de Houzz, que pone en marcha de vez en cuando este tipo de análisis para dictaminar cómo se sienten las parejas al enfrentarse a una reforma, indica que el 7% de los encuestados reconoció haberse planteado el divorcio. Tres años antes, otra encuesta de la web, que conecta a propietarios y profesionales para reformas, señaló que el porcentaje ascendía al 12%, por lo que parece que las cosas están mejorando.
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