Valencia y el discurso sobre la libertad
Hay quien quiere tapar el hecho de que hay elecciones deliberadas y decisiones institucionales detrás del espanto de las vidas perdidas
Recuerdo la conmoción global ante los devastadores efectos del huracán Katrina. Al principio, muchos atribuimos aquel desastre a la mala suerte, hasta que comprendimos que las políticas de segregación residencial, la falta de acceso a cuidados sanitarios o la ausencia de protocolos de evacuación empeoraron exponencialmente la tragedia. Así que desconfíen de quien les diga que no hay que politizar lo sucedido en Valencia. Hay que hacerlo, aunque solo sea para evitar que nos vendan la moto de la mala suerte y no reaccionemos ante una injusticia evidente. Hay quien quiere tapar el hecho de que hay elecciones deliberadas y decisiones institucionales detrás del espanto de las vidas perdidas y los hogares anegados. Identificando las causas de fondo de lo sucedido, al menos nos situaríamos en la obligación de intentar mejorarlas.
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