Yo, adicto: el valor del testimonio
No hay autocompasión en la historia de Javi Giner, solo un sentido del deber, que nace, precisamente, de conocer el valor del testimonio: esto vi, esto viví, esto cuento, esto te puede ayudar
Que la realidad debería estar prohibida es un pensamiento tan pueril como humano que expresaba en voz alta el personaje de Gloria Muñoz en La flor de mi secreto. Se lo soltaba a Leo, la escritora a la que editaba, como reproche, después de que esta renunciara a proseguir con su exitosa carrera en la novela rosa para presentarle una historia cruda, en la que, por cierto, se encontraba el germen de Volver. El valor de esa secuencia radica en la eterna pugna entre dos interpretaciones de la ficción: como escapismo o como espejo. “La realidad es para los periódicos y la televisión, y mira el resultado. Por culpa de tanta realidad, el país está a punto de explotar”, zanjaba.
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