Alemania tensa la política migratoria y la unidad de una UE acechada por la extrema derecha
El restablecimiento temporal del control de fronteras solicitado por Berlín da alas a las fuerzas ultras y pone a prueba a los Veintisiete
“Bienvenido al club”. El primer ministro húngaro, el ultranacionalista Viktor Orbán, rezumaba schadenfreude, regodeo sumo a la germana, al saludar la controvertida decisión del Gobierno del socialdemócrata Olaf Scholz de imponer, a partir de este lunes, controles temporales en todas sus fronteras, alegando la presión migratoria que sufre Alemania y la necesidad de protegerse del terrorismo islamista.
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