Bregenz, viaje a la dama del lago Constanza
La capital de la región de Vorarlberg, en Austria, es un bastión cultural con una intensa vida musical. Y en su entorno próximo, el llamado Bregenzerwald, esperan pueblos alpinos, un museo dedicado a la mujer o un templo de la gastronomía
¿Mar o montaña? Las dos cosas. ¿Verano o invierno? Las dos cosas. En Bregenz, la capital de la región austriaca de Vorarlberg, huelgan las disyuntivas. Esta pequeña ciudad que apenas alcanza los 30.000 vecinos moja sus pies en el Bodensee o lago de Constanza, uno de los mayores de Europa, un auténtico mar interior. Y a sus espaldas, los Alpes, palabras mayores. Pero de lo que más se ufana es de ser una Kulturstadt, un bastión cultural en una encrucijada donde se rozan Austria, Suiza y Alemania. Sus festivales de ópera y música, su arquitectura a la vez tradicional y de vanguardia, sus tradiciones alpinas —como la jocunda bajada desde el alpage de vacas engalanadas como Drag Queens, al acabar el verano—, sus mesas sibaritas, esas son sus cartas ganadoras.
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