Las iraníes sin velo mantienen el desafío al régimen pese a la represión dos años después de las protestas
La ofensiva policial, legislativa y judicial contra las mujeres fracasa en contener la desobediencia civil impulsada por las manifestaciones tras la muerte de Yina Mahsa Amini
Una furgoneta blanca con una franja verde enfila una calle de Teherán mientras dos adolescentes sin hiyab se esconden detrás de un cajetín eléctrico. El vehículo se detiene y varias agentes de la policía de la moralidad en chador, el sayo que cubre de la cabeza a los pies, se abalanzan sobre ellas. A una la introducen en la furgoneta. La otra se resiste. Hasta cuatro policías le tapan la boca y la nariz, la agarran por el cuello y la cabeza y la arrastran por el suelo, dándole tirones del pelo, hasta subirla en el vehículo. “Déjenla, por el amor de Dios, es solo una niña”, les increpó una transeúnte, según ha relatado después la madre de la adolescente. La protagonista de esta escena, reflejada en un vídeo viral en Irán, grabado el 21 de junio, se llama Nafas Haji Sharif. Tiene 14 años.
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