Cómo acabar de una vez por todas con la antipolítica
Necesitamos políticos que no nos mientan ni nos engañen, cuya palabra tenga valor, políticos que jueguen limpio
Qué casualidad: apenas había escrito yo que el resultado más pernicioso de que hoy la mentira posea mayor capacidad de difusión que nunca es el descrédito vertiginoso de la verdad y la extensión cancerígena del cinismo en política, cuando vi en internet a un reputado politólogo que, mientras defendía la Unión Europea, abogaba con fervor por el cinismo, se declaraba “enormemente partidario de mentir” y concluía: “Hay que jugar sucio, porque los malos juegan sucio”. ¿Cómo queremos que nuestros políticos no sean cínicos y mentirosos si quienes susurran a su oído les aconsejan la mentira y el cinismo? Leyendo con cuidado las encuestas del CIS, uno comprende que, diga lo que diga el propio CIS, el principal problema para los españoles es la clase política; pero no se engañen: quien practica la antipolítica no es esa mayoría palpable de españoles, sino los políticos que abrazan con buena conciencia creciente la mentira y el cinismo.
¿Cuál es tu reacción?