Cosas que aprendí en el verano 44 de la vida
No pasa nada por tener complejo de impostor: al fin y al cabo, es algo que las malas personas nunca tienen
Cada verano, justo antes de cumplir los años, me encierro una tarde para echar las cuentas de aquello que aprendí. Son cosas que, quizá, me hubiera gustado saber antes pero que solo el tiempo pone a nuestro alcance. Habitualmente las comparto con un grupo de amigos, con el ruego de que ellos a su vez compartan las suyas. Este año las comparto con ustedes: si quieren, compartan las suyas también. Allá vamos:
¿Cuál es tu reacción?