Criar a un hijo en solitario: pros, contras y consejos para gestionar la posible sobrecarga del progenitor
Asumir el rol de padre y madre en el cuidado de los niños implica mucho trabajo para el pariente que asume la situación. Establecer rutinas, tener en cuenta el autocuidado y fomentar la comunicación para hablar con menores son tres puntos para conseguir una convivencia óptima
La ausencia de uno de los padres no tiene por qué ser solo física, por motivos como la viudedad. También puede ocurrir tras una separación, por decisión propia o incluso cuando, aunque convivan todos los días, no asumen con plena responsabilidad o presencia los roles que le corresponden como progenitores. La realidad es que las familias se han diversificado y esto conlleva que la crianza también. “La tendencia es hacia modelos cada vez más reducidos e individualizados, es decir, con menos miembros o con solo la madre o el padre para criar a los hijos”, asegura Iosune Mendia, psicóloga y coach familiar en San Lorenzo de El Escorial (Madrid). “El rol parental no tiene que ver tanto con el género de la persona (mujer u hombre) como con sus competencias y habilidades para cuidar y cubrir las necesidades de los hijos”, prosigue: “Se trata de garantizar cuestiones que aporten seguridad al niño para su desarrollo y crecimiento, como una correcta alimentación o un entorno equilibrado y rico en experiencias sensoriales, emocionales y afectivas”.
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