Del ‘boletus’ a la senderuela, 10 setas para vivir el otoño
El ser humano lleva consumiendo setas desde que las descubrimos por primera vez en el bosque hace miles de años. Algunas las hemos usado para curar o para hacer fuego y otras, deliciosas y comestibles como todas las retratadas aquí, forman parte de nuestra gastronomía como codiciado producto silvestre.
La historia es de sobra conocida: al emperador romano Claudio le gustaban tanto las setas, y en concreto la Amanita caesarea, que estas formaban parte irremplazable de su dieta gourmet de máximo mandatario. Un día, y aprovechando la afición de su marido por los hongos, su esposa, Agripina, decidió sustituir una amanita por otra. En vez de servirle la considerada reina de las setas, le sirvieron una Amanita phalloides, una gemela mala y venenosa de la famosa seta. Tal y como indica Mary Beard en su libro Emperador de Roma, ese supuesto envenenamiento le provocó la muerte al viejo emperador y cumplió con el plan de Agripina: su hijo Nerón subió al trono de Roma.
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