Polarizar sale rentable
Mientras el mundo tal y como lo conocíamos ha entrado en su fase más preocupante, nuestra clase política sigue a lo suyo; es como danzar al borde del precipicio
Vivimos en un país que prefiere las luchas cainitas antes que afrontar los verdaderos problemas. Un corresponsal de Financial Times, Simon Kuper, ya lo señalaba hace un par de años al no explicarse cómo preferíamos ensimismarnos con temas como la unidad nacional antes de afrontar las consecuencias del cambio climático, uno de nuestros mayores retos. Lo malo es que la fuente de nuestras disputas no se queda en dicha obsesión, se extiende a casi todo lo que consideramos rentable para obtener ventajas partidistas. Mientras el mundo tal y como lo conocíamos ha entrado en su fase más preocupante desde hace al menos un par de generaciones, nuestra clase política sigue a lo suyo; es como danzar al borde del precipicio.
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