Mazón se tapa con un uniforme

Esta próxima semana se cumple un mes de la dana mortal que arrasó un tercio de la provincia de Valencia, acabó con la vida de 221 personas y provocó en solo unas horas la mayor destrucción de bienes e infraestructuras de este siglo. La lenta y durísima reconstrucción que hay por delante, el imprescindible homenaje que merece la memoria de los fallecidos, las enseñanzas y el debate sobre la prevención y la gestión de todos los recursos del Estado ante una crisis climática que cada día nos hace más vulnerables chocan todavía hoy, cuatro semanas después, con la opacidad sobre la actividad del máximo responsable de la emergencia en las horas críticas del 29 de octubre.

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