Del puesto callejero a la alta cocina: la castaña reivindica su lugar
Este fruto seco, cuya mayor producción nacional está en Galicia, es celebrado en la cocina por su sabor dulzón, versatilidad y propiedades, pero también porque sirve para rememorar el cucurucho de castañas asadas
Cuenta la leyenda que el castaño llegó a la península Ibérica de la mano de la Antigua Roma. Que lo trajeron de Italia y lo implantaron en distintas áreas de Hispania para aprovechar su madera. La tradición ha mantenido esa historia, pero distintos estudios sobre el carbón y el polen han corroborado que este árbol es autóctono y que, como mínimo, lleva en Galicia desde el Pleistoceno. Es decir, hace 12.000 años. Lo que sí hicieron los romanos fue impulsar su presencia en el bosque para obtener materia prima para la construcción. No hacían demasiado caso al fruto, la castaña, pero poco a poco empezó a tener protagonismo. Entonces se convirtió en uno de los productos estrella del hoy territorio gallego, principal productor nacional.
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