El agujero negro de los gobiernos conservadores que acabó atrapando a Keir Starmer
El primer ministro del Reino Unido lucha por quitarse la imagen de austeridad y recortes que ha puesto en pie de guerra al ala izquierda de su partido
Keir Starmer se ha enredado en su propia trampa, y ha tenido que utilizar el congreso del Partido Laborista celebrado en Liverpool a principios de esta semana para intentar salir de una crisis de popularidad cuya gravedad no se corresponde con el escaso tiempo que lleva gobernando. Apenas un 22% de los ciudadanos tiene una visión positiva del primer ministro, según la empresa YouGov. Su popularidad es apenas superior a la de su predecesor, Rishi Sunak, con un 18%.
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