El BCE ya no teme la inflación ‘trampa’ de septiembre: todo apunta a un nuevo recorte de tipos
La incertidumbre sobre el crecimiento en la zona euro y la moderación de los precios aceleran los recortes, que analistas y mercado de futuros dan por hecho en la reunión de mañana
“Qué será, será”, tarareó en español Christine Lagarde en la reunión del mes pasado cuando le preguntaron si el banco movería los tipos de interés en octubre. Nadie esperaba una respuesta clara. Seguramente, dada la velocidad a la que evolucionan los acontecimientos, ni la propia presidenta del BCE sabría a ciencia cierta lo que ocurriría, pero lanzar la caña es un modo de buscar un desliz improbable o una pista subterránea entre la monótona retórica de cautela y contención. No picó el anzuelo. En aquel entonces, parecía que la respuesta de Fráncfort sería hacer una pausa en octubre hasta recabar más datos sobre la marcha de los precios, y Lagarde, como queriendo anticiparse a futuros titulares en exceso eufóricos, incluso advirtió de que no basarían su decisión en una única estadística, e insistió en que septiembre podía ser un mes trampa para la inflación. La tesis era la llegada de una bajada pronunciada, pero efímera: en el tramo final del año se borraría por el efecto base de los precios energéticos, que en la última parte de 2023 bajaron con fuerza.
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