Inversión en vivienda o en activos financieros, pros y contras de un dilema en el que pisa fuerte el ladrillo
La rentabilidad del alquiler ha sido muy atractiva en los años posteriores al pinchazo inmobiliario, pero los expertos aconsejan diversificar y destacan la Bolsa como activo más rentable en el largo plazo. En el último año, la rentabilidad bruta por alquiler empata con la deuda
Los españoles tienen una querencia por la inversión en vivienda a prueba de bombas. La grave crisis del ladrillo que comenzó en 2008 hizo añicos el mantra de que los precios de los pisos siempre iban a subir, pero no ha rebajado el interés en destinar el ahorro a la inversión inmobiliaria. La Bolsa es percibida por el común de los ciudadanos como un activo volátil y de riesgo, de difícil comprensión incluso, a pesar de que la inversión a largo plazo en la renta variable pueda dejar retornos superiores a los del ladrillo. España es país de propietarios de vivienda, resultado de décadas en que la adquisición de una casa ha sido la prioridad de la economía familiar y un objetivo realizable. El momento actual en el mercado inmobiliario, con una demanda que supera ampliamente a la oferta y está dejando fuera del mercado a los grupos de población más vulnerables -como los jóvenes y los inmigrantes- favorece el incremento constante de los precios de compra y también de los alquileres. Dinero llama a dinero y con precios al alza, el ladrillo mantiene su brillo como destino de inversión. También la Bolsa, que acumula máximos sin pausa en el caso de la estadounidense mientras la española recupera niveles de 2010. ¿A qué activo destinar entonces el ahorro? ¿Hay rival en el mercado financiero para la arraigada querencia del inversor español por el ladrillo?
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