Jesús Vázquez, el yerno ideal, un superviviente
Si España fuera Estados Unidos, el presentador sería el novio de América, un tipo que proyecta cercanía, naturalidad, ese al que dejarías a los niños ante un imprevisto
Vestido con camiseta metida por dentro del pantalón vaquero, un cinturón con el nudo de la época, el pelazo lleno de gomina, como cualquier cabellera masculina en los noventa. Jesús Vázquez agarra el micrófono, mira a la cámara e inicia su casting para entrar en televisión. Tiene que anunciar un programa llamado La quinta marcha. Está nervioso, pero ya apunta maneras, aunque haya partes de su discurso tronchantes con la mirada de 2024. “¡Ya nunca más los domingos serán igual! ¡Ya no estarás en tu casa, aburrido, comiendo pipas, hablando por teléfono! Ya no querrás ser ni Terminator ni dama de Blancanieves”, dice este ferrolano nacido hace 58 años que cambió Veterinaria por Arte Dramático. Todo ha envejecido regular, salvo él.
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