Keiko Watanabe, la artesana del flamenco japonés que quiere morir en Granada
La modista, de 85 años, llegó a España en 1974 sin saber nada del país, pero quedó prendada hasta el punto de ceder la custodia de sus dos hijos y apostar por un futuro en el que terminó vistiendo a las bailaoras Blanca del Rey o a Lola Greco
En el mundillo del flamenco japonés se comenta estos días el regreso temporal de Keiko Watanabe, la modista de 85 años que en 1974 se marchó a vivir a un país desconocido gobernado por una dictadura y sin saber nada de su historia —y menos de flamenco—, y que en una década ya vestía a bailaoras como Blanca del Rey o Lola Greco, y a bailarinas del Ballet Nacional de España. El propósito de la visita de Watanabe a su Japón natal es despedirse de su hijo, de su hija y de sus nietos. “Quiero morir en Granada”, comenta la modista a EL PAÍS en un castellano de frases cortas y escaso en florituras.
¿Cuál es tu reacción?