La exquisita nueva vida de colmados, abacerías y coloniales
Los ultramarinos nacieron hace dos siglos para acercar los productos más exóticos. Luego se convirtieron en comercios esenciales para la vida de barrio. Los que aún sobreviven se han transformado en tiendas que descubren productos tan exclusivos que alguno hasta se fabrica en el propio local. Sus propietarios, herederos de negocios centenarios, cuentan su historia
El bajo de la célebre comunidad de 13 Rue del Percebe, el tebeo que Francisco Ibáñez creó en los sesenta, lo ocupaba un colmado regentado por el tramposo Don Senén. Este tendero trataba de engañar a las clientas. Hacía pasar por serrano la pata de un burro, vendía como fresco el queso que recogía de las trampas para ratones y amaestraba a los pavos para que, una vez vendidos, volvieran volando (¡milagro!) a la tienda. Más allá de la actitud de este tendero, más alineada con la picaresca humorística que con la realidad, es muy representativo que Ibáñez eligiera este negocio como el más simbólico de un vecindario para su inolvidable viñeta.
Drogerías: guardianes de la química doméstica y los olores de antaño
Redacción:
Javier A. Fernández
Coordinación de redacción:
Francis Pachá y Juan Antonio Carbajo
Diseño:
María José Durán
Desarrollo:
Rodolfo Mata
Coordinación de diseño:
Adolfo Domenech
Podcast:
Guion: Minerva Marcos / Diseño sonoro: Andrés Fernández / Voz: Teresa Marcos / Diseño gráfico, agencia Player / Producción: Chevi Dorado / Productora ejecutiva: Elia Fernández.
Agradecimientos:
Miguel Ángel Valecillo, director del Museo Etnográfico Extremeño González Santana, Instituto de Historia y Cultura Naval, Nestlé, Pescaderías Coruñesas, Ultramarinos Fernández Ruiz.
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