La Kaíta y Rosario La Tremendita hurgan en las vísceras del cante jondo
La joven artista de Triana actualiza la pureza ancestral del cante gitano de La Kaíta en ‘Matancera’, uno de los espectáculos más singulares de esta edición de la Bienal de Flamenco de Sevilla
La Kaíta es una cantaora salvaje. Un fin de raza que no sabe racionalizar lo que canta, ni explicarlo, más allá de unas letras que en su voz negrísima le salen directamente de las tripas. Puede ser que esta artista nacida en Badajoz hace 64 años —aunque no es un dato muy preciso— represente hoy el último vestigio de la tradición oral más pura y ancestral del cante gitano. La Kaíta (bautizada como María de los Ángeles Salazar Saavedra) se sabe “salvaje total, como los últimos mohicanos”, dice riéndose a carcajadas. Reconoce que lo suyo “no se estudia, es mi modo de ser”, explica no sin cierta dificultad.
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