La lucha de un guardia civil en silla de ruedas: “Puedo ser docente, hacer labores administrativas, ¿por qué tengo que vivir de una pensión?”
Un agente, tras un accidente en bici, rechaza su retiro obligado, denuncia “discriminación por discapacidad” en el cuerpo y pide una reforma legal para adaptar los puestos de trabajo
A Jacobo Barchín (San Clemente, Cuenca, 34 años) un accidente de bicicleta en diciembre de 2020 le giró la vida. Este guardia civil pasó de patrullar las calles del municipio alicantino de El Campello, su último destino profesional, a pelear a brazo partido contra una lesión medular que lo ha dejado en silla de ruedas. Después de años de rehabilitación —pasados cuatro años de la terrible caída, sigue dedicando a mejorar su estado físico dos horas diarias—, Barchín ha sido retirado por un tribunal médico militar después de muchas alegaciones en las que ha reclamado, sin éxito hasta ahora, que le adaptasen el puesto de trabajo. “Tengo 34 años, soy una persona joven y amo mi profesión, ¿por qué me tengo que resignar a vivir de una pensión? Quiero trabajar, lógicamente sé que no puedo salir de patrulla pero hay mil puestos dentro de la institución [Guardia Civil] que puedo ejercer perfectamente”, recalca Barchín, que se siente discriminado por su situación de discapacidad.
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