‘La sustancia’: Demi Moore sobresale en esta falsa provocación sobre la droga de la eterna juventud
La primera parte del filme de Coralie Fargeat fusila demasiadas cosas del clásico de Frankenheimer ‘Plan diabólico’. Asunto distinto es la hora final
La necesidad de sentirse adorada y el sueño de la eterna juventud. Dos aspiraciones, dos deseos: una sola droga. La inseguridad femenina inoculada en buena parte por una deplorable sociedad masculina. Coralie Fargeat, directora francesa especializada en cine de terror corporal (body horror), ha compuesto una brutal oda a la imposibilidad del sueño de Dorian Gray, de Fausto, del doctor Jekyll, de tantos otros que quisieron ser para siempre la mejor versión de sí mismos y acabaron en la ciénaga del ocaso, de la depravación y la demencia. La sustancia, su segunda película tras la prometedora Revenge (2017), puso patas arriba el festival de Cannes. No hay para tanto, en parte porque la sutileza no es la mejor de las virtudes de Fargeat, pero sobre todo porque los primeros 45 minutos parecen un remake encubierto de una obra maestra no demasiado conocida de John Frankenheimer: Plan diabólico (1966). Búsquenla, compárenlas, y luego decidan tras ver ambas.
La sustancia
Dirección: Coralie Fargeat.
Intérpretes: Demi Moore, Margaret Qualley, Dennis Quaid, Gore Abrams.
Género: horror. Reino Unido, 2024.
Duración: 140 minutos.
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