Líbano: una invasión lenta sin objetivos claros
Los combates en torno a la frontera dejan muchas bajas en poco territorio, con ataques intencionados de Israel a cascos azules y dudas sobre sus planes reales
El pasado martes, los medios israelíes difundieron un vídeo de sus militares colocando una bandera nacional dentro de territorio de Líbano, por primera vez desde el inicio de la incursión terrestre, el pasado día 1. “Atención a la promenade (paseo) iraní, frente a [la cooperativa agrícola israelí] Avivim”, se oye decir a uno de ellos. En la grabación se ven los escombros del Jardín Iraní, una especie de parque de atracciones propagandístico en Marun al Ras que inauguró en 2010 el entonces presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, y en el que una figura de Qasem Soleimani (el poderoso general iraní asesinado por la CIA y el Mosad en 2020) señalaba desde un alto hacia el enemigo, Israel, que puede verse con claridad precisamente porque está muy cerca. La geolocalización del vídeo muestra que los soldados penetraron 700 metros en suelo libanés, a casi 200 de la primera casa del pueblo. El ministro de Energía, Eli Cohen, anunció, en cambio, que las tropas habían “ocupado” Marun al Ras (muy simbólico para los israelíes por su impotencia allí ante Hezbolá en la guerra de 2006) y “destruido casas desde las que lanzaba proyectiles antitanque contra civiles israelíes”.
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