Obreros, árabes y jóvenes: los votos que desharán el virtual empate entre Trump y Harris en Míchigan
Los electores del Estado, cuna de la industria de la automoción, han votado por razones económicas en anteriores comicios, pero este año acusan un factor añadido, la guerra en Gaza y Líbano
Un recorrido a vuelapluma por Míchigan arroja una gran incógnita: cuál será el resultado de las elecciones de noviembre en este Estado bisagra, tradicionalmente demócrata hasta que en 2016 el republicano Donald Trump propulsó desde aquí su llegada a la Casa Blanca. En charlas informales —en los vibrantes y modernos cafés yemeníes, punto de reunión de la importante comunidad árabe local— o en las líneas de ensamblaje de Ford —uno de los pilares de un Estado consagrado a la industria de la automoción—, los votantes alimentan una diversidad de dudas difícil de encajar en un resultado concluyente: las encuestas proyectan un empate virtual, punto arriba o abajo, entre Trump y la candidata demócrata, Kamala Harris.
Los trumpistas de las zonas rurales acarician el fantasma del fraude
Muchos en Míchigan han metabolizado las dudas sobre el resultado de las elecciones de 2020 que Donald Trump propaló y que a la postre llevaron a asaltar el Capitolio a una horda de seguidores suyos. Según una encuesta de NPR-PBS, más de la mitad aseguran estar preocupados o muy preocupados por que vuelva a repetirse el fraude que Trump denunció, sin pruebas, hace cuatro años. Esa sensación es especialmente palpable en las zonas rurales, homogéneamente blancas, del Estado. La reacción de estos negacionistas a una hipotética victoria de Kamala Harris -sobre todo si es por un margen estrecho- ha puesto sobre aviso a los funcionarios electorales y las autoridades del Estado. En un foro virtual organizado el 1 de octubre por el Centro para la Gobernanza Democrática de Harvard-Kennedy School, la secretaria de Estado de Michigan, Jocelyn Benson, aseguró que, pese a la confianza generalizada en que todo discurra con normalidad, “contemplamos cualquier contingencia". Su oficina, subrayó Benson, está preparándose en colaboración con autoridades locales y compromisarios para posible perturbaciones o disturbios. “La mejor defensa contra el potencial de violencia es estar bien preparados y comprometidos para garantizar no sólo una transferencia pacífica del poder, sino también un proceso electoral pacífico”. El desafío no solo afecta a Míchigan, también a cualquier otro Estado decisivo.
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