Diario de un paseo de otoño: así cambian los árboles con la nueva estación
La otoñada se origina como respuesta al estrés por la bajada de las temperaturas y el menor número de horas de luz solar. Recorriendo las calles, siempre es una gran idea detenerse a observar cómo están ahora los arces, las acacias o los madroños
Al salir a la calle, los perales de flor (Pyrus calleryana ‘Chanticleer’) ya muestran en sus hojas un ligero color distinto. En la noche desciende la temperatura, y las plantas que están en el exterior se sienten en la recta final antes del invierno. Se aprestan a rellenar sus despensas con las ganancias del año, y los glúcidos de reserva —como el almidón— se acumulan en sus órganos. Para algunas plantas esos órganos serán estructuras bajo la tierra, como las raíces o los tubérculos. Para los vegetales leñosos como los árboles o los arbustos, la alacena será su propia leña: en los cuellos de rama o la albura de sus troncos. Así, hoja tras hoja, retiran todos sus nutrientes móviles antes de dejarlas caer al suelo, en la magia anual que genera su vuelo colorido.
¿Cuál es tu reacción?