Los regalos del río Guadiaro: pozas, barranquismo, senderos y molletes
La cueva del Gato o el cañón de las Buitreras son solo dos de los muchos atractivos desde su nacimiento en la malagueña Ronda hasta su desembocadura en Sotogrande, ya en la provincia de Cádiz
Humilde y de aguas tranquilas, el Guadiaro es un río que pasa desapercibido en la geografía andaluza. No tiene la grandeza del Guadalquivir ni las rarezas del Tinto, pero sus 80 kilómetros de curso atraviesan dos parques naturales, transcurren junto a pequeños pueblos blancos y ofrecen numerosas posibilidades de disfrutar de la naturaleza en las provincias de Málaga y Cádiz. Cuenta con numerosas pozas tranquilas para darse un chapuzón. Y en su interior oculta un increíble cañón para practicar barranquismo. A poco más de 90 minutos de la Costa del Sol y las playas de Tarifa, el río es pura vida bajo los dominios del imponente buitre leonado. La belleza de este territorio se explora a pie o en coche, pero también a bordo del tren que une Ronda con Algeciras y que circula paralelo al cauce y dispone de paradas en minúsculas estaciones para conseguir un viaje más sostenible.
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