Metro de Madrid lanza un programa de canje de libros y las estanterías quedan vacías enseguida
Once de las 15 Metrotecas inauguradas en mayo están prácticamente desiertas y hay usuarios que aseguran que algunos viajeros se llevan ejemplares para venderlos en plataformas o mercadillos
De niños son habituales las tardes en las que se intercambian cromos para rellenar los álbumes de torneos de fútbol. Se canjea uno repetido por otro que haga falta, siempre en condición de intercambio, “un cambio recíproco de una cosa por otra u otras”, según lo define la Real Academia Española (RAE). Algo parecido intentó hace tres meses el Metro de Madrid, aplicando el sistema a la lectura. Algunas papeleras en desuso pasaron a ser pequeños estantes para usarse como librerías instaladas en distintas estaciones.
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