Palestina: el mal crónico de la esperanza
El discurso occidental tiende a convertir a los palestinos en sombras, en fantasmas amenazantes que ahora deambulan por una Gaza asolada, en seres cuya capacidad ni se imagina
La esperanza es la fuerza indómita del débil, sostenía Mahmud Darwish, el gran poeta palestino considerado la conciencia de su pueblo. Para los palestinos, la esperanza, el último mal de la caja de Pandora, no es la prolongación nietzscheana del tormento: no puede serlo porque las formas de desposesión material, limpieza étnica y humillación sufridas en el último siglo han sido de por sí un tormento insoportable. El año que ahora se cumple de guerra contra Gaza ha mostrado que no hay límite para el mal y su perpetuación; también que el nihilismo en que Israel quiere precipitar a los palestinos es otra forma de colonización, pues impide la organización colectiva necesaria para hacer frente a la opresión.
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