‘No se van a ordenar solas las cosas’, de Nuria Labari: un tren de la bruja narrativo que incomoda y sorprende
La lectura de este libro de relatos desactiva el portón bajo el que se encierran especímenes ignominiosos, una especie de privilegiados torturados
Estos días pienso en C. S. Lewis, en su tratamiento del duelo y en cómo este puede extenderse a otras pérdidas. Solo ahora sé que guardo un profundo luto por la civilización. De fondo acostumbro a tener últimamente —también para amortiguar esa tristeza— a Mary Gaitskill perorando en YouTube sobre esto o aquello. Así, en uno de esos momentos, dice: “… Cuando escribimos, nos influencian otros escritores, como Nabokov, O’Connor, pero también personas que no creemos que sean buenas”.
No se van a ordenar solas las cosas
Nuria Labari Páginas de Espuma, 2024 144 páginas. 17 euros¿Cuál es tu reacción?