Nos han violado porque sí
Lo que saca a relucir el juicio de Gisèle es aterrador: no hay muchas cosas que permitan distinguir a un violador de otros hombres. ¿En qué consisten esas “no muchas cosas”? ¿Quién va a querer responder a la pregunta?
Hemos presenciado muchos gestos excepcionales en este verano olímpico; hemos celebrado el valor, la fuerza y la capacidad de sobrepasar los propios límites.
¿Cuál es tu reacción?