Pues ya estaría
La locución viene a dejar un espacio a la discrepancia, porque evita la afirmación invasiva y firme: ya estaría si estuviera
El cliente paga con un billete de 50 euros y le dan el cambio: “Veinte, diez, y cinco. Pues ya estaría”. La dependienta entrega medio kilo de ternera, 400 gramos de carne de cerdo y 130 gramos de jamón ibérico, y concluye. “Así ya estaría”. Los compradores de un piso firman el contrato en el banco, y oyen al empleado: “Entonces ya estaría”.
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