Revancha ahora y después venganza
Corre el champán en Moscú, Budapest y Jerusalén, y en los cuarteles generales de las extremas derechas
Kamala Harris necesitaba una marea demócrata que la aupara a la Casa Blanca sin margen para la deslegitimación. Cualquier otro resultado no servía. Muy pronto en la noche electoral, con los primeros resultados en Carolina del Norte y Georgia, se ha visto que el tsunami no iba a llegar. Al final, solo quedaba el muro azul de Wisconsin, Pensilvania y Míchigan y más en concreto de sus densas zonas urbanas, última trinchera ante el avance trumpista, pendientes de los distintos tipos de votos diferidos. No era suficiente ni para proclamar la victoria ni conceder la derrota, como ha sido el caso este mediodía, una vez confirmado definitivamente que Donald Trump ha conseguido los 270 delegados que necesita para regresar a la Casa Blanca.
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