Sopa de Cabra, otras soluciones para otros tiempos
Unos Sopa más pausados y melódicos abrieron la puerta a su futuro en el Palau de la Música
A menos que se sea un inconsciente, la edad hace pensar. Especialmente en qué se quiere ser de mayor, justo cuando ese hacerse mayor ya no es una hipótesis sino que tiene visos de realidad. Sopa de Cabra, con su bajista Cuco temporalmente varado por temas de salud, están en eso, y en un mundo que amenazaba atropellarlos han decidido adaptarse a los nuevos tiempos con renovadas estrategias para redefinir su personalidad contando incluso con quienes protagonizan esos cambios: los más jóvenes. No es que hayan variado su aspecto, no es que hayan dejado de editar elepés, como llegaron a sugerir, sino que de momento han optado por una especie de camino de en medio que ha consistido en un elepé corto, Ànima, trufado de colaboraciones que les abren otras ventanas. Resumido de otra manera, los Sopa de Cabra atenúan unos guitarrazos que por otra parte nunca fueron salvajes, acentúan el sentido melódico que tampoco les fue nunca extraño y acompasan el paso de sus canciones al latir de unas vidas que se acercan a las seis décadas. Hacer de uno mismo toda la vida puede resultar tedioso. Si no naciste en una jaula cabe volar. En el Palau estrenaban alas.
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