Ternura, rebeldía, identidad: las razones de la vigencia de Mafalda en su sesenta aniversario
La genial tira de Quino sigue seduciendo a nuevas generaciones de lectores gracias a su humor, sus personajes y sus temas
“¡Paren el mundo que me quiero bajar!”, grita Mafalda, dibujada junto a un globo terráqueo. La viñeta tuvo y tiene amplia difusión, pero es apócrifa: no tanto porque Joaquín Lavado, Quino, jamás la dibujó, sino porque Mafalda nunca se bajó y sigue girando con el mundo. Si bien el personaje había tenido algunas apariciones previas, aisladas, la primera tira apareció el 29 de septiembre de 1964 y en la actualidad, 60 años después, Mafalda, esa “heroína iracunda que rechaza al mundo tal cual es” (como la definió, tempranamente, Umberto Eco), esa niña tierna y rebelde que todavía representa a la menguante clase media de Argentina, continúa siendo leída, reída y publicada. Sorteando lenguas y fronteras, es revisitada y recreada en diferentes formatos (el año pasado se estrenó un documental, el año próximo promete una serie animada), protagoniza muestras y exposiciones, sigue seduciendo a nuevas generaciones.
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