¿Calvo Sotelo tenía razón? La violencia política y la Segunda República
Centrar cualquier balance sobre el período republicano principalmente en el número de muertos o heridos graves nos devuelve una realidad amputada. El libro ‘Fuego cruzado’ plantea un sujeto histórico sin adherencias, encerrado en una burbuja donde se ha congelado el tiempo
El pasado nunca acaba de pasar y, por ello, la Segunda República se mueve entre el olvido, la reivindicación y la equidistancia. Sucede de forma destacada con la cuestión de la violencia política. Sin embargo, centrar cualquier balance sobre el período republicano principalmente en el número de muertos o heridos graves nos devuelve una realidad amputada, como sucedería si la historia de la mujer se redujera al relato de las víctimas de género. Al prescindir de los proyectos socioculturales y políticos fruto de la movilización social de mujeres y hombres se desfigura la realidad. También deja fuera las mismas raíces de la destrucción de la democracia republicana por imperfecta que fuera. La caja de herramientas debe ser lo suficientemente flexible para que la contabilidad del desorden público no oculte la complejidad de lo social.
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